El joven predicador del soul, Alberto Anaut, ofrecerá con su banda una ristra de directos estivales por todo el territorio español, aperitivo que precederá a un segundo álbum más diverso que el anterior, el cual saldrá publicado en septiembre de este mismo año.
Alberto Palacios Anaut es uno de esos músicos humildes que pueden encontrarse en casi cualquier jam session de la capital. Si uno atesora el valor suficiente de dar con sus huesos en los escenarios de El Junco o el Honky Tonk, puede correr la suerte de tocar junto a este prodigio de la guitarra. Pero Anaut no es solo un mañoso a las cuerdas, sino que posee una voz que se paladea con los oídos – a medio camino entre las dulces cuerdas vocales de Amos Lee y el descaro de Eli “Paperboy”–, haciendo suspirar a los amantes del soul más genuino. Cualquiera que lo haya visto en vivo habrá sido consciente, de manera instantánea, del carisma escénico que destila el músico treinteañero, más allá de cualquier virtuosismo técnico. Dichas cualidades no son de extrañar para alguien que se ha criado entre vinilos de Rhythm & Blues, comenzó a tocar a los 8 años y se ha formado en el Conservatorio de Amsterdam, una de las escuelas musicales más prestigiosas de Europa. Tampoco se le han caído los anillos a la hora de cantar en orquestas de verano, pasado del que no reniega y que asegura haberle permitido pagar la guitarra que sigue llevándose a los conciertos a día de hoy.
Al ser preguntado por aquello que activó el resorte de una carrera dedicada a la música desde tan temprana edad, responde con cierta nostalgia: “Mi dos hermanas estudiaban el grado medio de clásico y recuerdo la admiración que sentía por ellas cuando practicaban en casa […] También recuerdo un disco de bandas sonoras originales de mi hermana Marta. Me marcaron especialmente el Time of my life de Dirty Dancing y el Gabriel´s Oboe de La Misión”. No obstante, este crooner que creció admirando a artistas como Ray Charles y Al Green, destaca la importancia de curtirse en las salas y superar el miedo escénico: “Lo importante es simultanear la formación con la profesión, tocar en contextos nuevos, con muchos otros músicos y en situaciones anómalas…Esa combinación es lo que nos hace los músicos que somos”.
Un disco más vivo y heterogéneo
Su debut y último trabajo editado, 140, toma el título del número de mecenas que formaron parte de la exitosa campaña de crowdfunding que hizo posible su financiación, método al que han recurrido otras bandas de soul autogestionadas como Freedonia.
A la publicación del primer single, When Your Days Grow Long, le han seguido dos años de bolos ininterrumpidos por toda la península, y que les han granjeado espacios y locales llenos de gente motivada por un boca a boca que auspiciaba actuaciones llenas de energía y sonido vintage.
Recientemente les ha tocado encerrarse de nuevo en el estudio, donde se ha estado gestando lo que será el segundo larga duración de la banda y que verá la luz en septiembre. En comparación con el primer álbum, el compositor afirma: “Los textos están más cuidados, sin pretender nada grandilocuente.[…] Y musicalmente, se puede decir que es más diverso y vivo que el anterior. Cada canción tiene su sonido y, por lo general, se ha optado por la opción más sencilla, directa y concreta, lo cual nos gusta mucho”.
Madrid como epicentro de la música negra en España
Tras alternar residencia entre Amsterdam y Pamplona, Alberto Anaut asegura haber encontrado en la capital un lugar en el que crecer y asentar su carrera. Y es que Madrid lleva años alimentando una escena de clubes y bandas que practican el soul, el funk y el blues como religión, acercando, por momentos, dichos estilos al mainstream y elevándolos – en términos de público- al tipo de directos que consiguen llenar aforos sin apenas esfuerzo promocional: “La escena es grandiosa. Hay mucho respeto, muy buenos músicos y mucha interacción entre ellos. Grabar un disco y poder contar con semejantes secciones de vientos, cuerdas, coristas y gente que conoce los estilos es básico para que quede poso en el futuro… Ojalá esto sólo sea el principio de muchas generaciones de musicazos”, asegura el cantante y guitarrista. Todo apunta, por el contexto, a que las palabras de este chico de traje y tupé ocasional son proféticas. Anaut es sólo uno de muchos que están por llegar. A la música negra le aguarda una larga vida en nuestra ciudad. #
–Publicado en The Way Out Magazine el 07/2015.